jueves, 7 de julio de 2011

ENSAYO DE LA POLÍTICA EDUCATIVA Y EL GOBIERNO DEL CAMBIO.

POLÍTICA EDUCATIVA Y GOBIERNO DEL CAMBIO.

Introducción.
La política educativa de Vicente Fox Quezada (2001-2006) se reflejó en el Programa Nacional de Educación 2001-2006, en el cual, se acentúa la atención al bachillerato y la formación técnica equivalente. Por otro lado, dentro de la filosofía “la educación para la vida y el trabajo” se consolidó la Educación y capacitación para adultos. Se plantearon estrategias que satisfacían las necesidades de profesionistas dentro de los sectores productivos y de la sociedad en general. Se incluyó una estructuración enfocada al logro de metas. Del mismo modo se dio continuidad a las estrategias de los sexenios anteriores respetando su carácter de Política de Estado.
Una de las metas propuestas en el Programa Nacional de Educación 2001-2006 (PNE) fue la transformación de la educación secundaria. Se esperaba contar para el 2004 con una propuesta de renovación curricular, pedagógica y organizativa de la educación secundaria, incluidas la revisión y el fortalecimiento del modelo de atención de la telesecundaria. La Secretaría de Educación Pública buscaba romper con el enfoque academicista que ha tenido este nivel educativo desde sus orígenes e implementar un enfoque basado en competencias generales, como lo son la comprensión lectora, las habilidades matemáticas y la transmisión de valores éticos y ciudadanos; al mismo tiempo que pretendía reducir la cantidad de asignaturas y aumentar el tiempo destinado a cada una de ellas.

El Programa Nacional de Educación 2001-2006 presentó rasgos novedosos en comparación con los documentos equivalentes de sexenios anteriores. Uno de los puntos más controvertidos fue que a sabiendas de que sus ambiciosas metas no podrían alcanzarse sin una cantidad de recursos mayores a la que habían estado a disposición del sistema educativo, el Programa establece la meta de llegar en el 2006 al 8% del PIB destinado a  la educación, mismo que el Senado no le autorizó.

Desarrollo.
La propuesta educativa del equipo de Vicente Fox fue una continuación del tradicional discurso educativo mexicano: desarrollo económico, mutuo respeto entre Iglesia y Estado fundamentado en la autonomía de cada parte., educación pública gratuita, valores básicos de la modernidad, por una parte, con la combinación del discurso educativo derivado de la globalización; es decir, productividad, calidad, excelencia, competitividad, eficacia, eficiencia, competencias e innovación.
Vicente Fox nombró como nuevo Secretario de Educación Pública al Dr. Reyes Tamez Guerra, químico- bacteriólogo-parasitólogo, ex rector de la UANL; quién señaló la continuidad con la política de educación pública, laica y gratuita y 14 bases para la elaboración del programa Educativo (2001-2006):[1]
1. Garantizar el acceso de toda la población a una educación pública de calidad y propiciar su permanencia en ella.
2. Elevar y asegurar que todas las instituciones del sistema  educativo rindan cuentas ante la sociedad, a través de los órganos establecidos para ello.
3. Asegurar que todas las instituciones del sistema educativo rindan cuentas ante la sociedad, a través de los órganos establecidos para ello.
4. Promover que la sociedad en su conjunto participe y se sienta responsable de que la educación llegue a toda la población.
5. Renovar el proceso educativo para formar a la persona que requiere la sociedad del conocimiento y el desarrollo sustentable.
6. Fomentar la identidad de los y las mexicanas como miembros de un país pluriétnico y multicultural y favorecer el desarrollo de actividades de tolerancia y de valoración de la diversidad en toda la población.
7. Avanzar en la consecución de la igualdad de oportunidades educativas de calidad para todos los grupos y regiones del país.
8. Elevar el nivel de profesionalización del personal docente y directivo del sistema educativo.
9. Promover el mejoramiento de la gestión del sistema educativo en su conjunto, de las instituciones que lo conforman y de la SEP, en particular.
10. Avanzar en el federalismo, fortaleciendo la participación de las entidades federativas en la definición de las políticas y normas nacionales y ampliando sus ámbitos de acción y decisión locales.
11. Asegurar que la educación básica: preescolar, primaria y secundaria desarrolle en los educandos las competencias básicas requeridas para continuar aprendiendo a lo largo de la vida.
12. Redefinir la misión y la estructura de la educación media superior, ampliar su cobertura y asegurar su pertinencia para el desarrollo social del país.
13. Ampliar la cobertura del sistema de educación superior y convertirlo en la fuerza impulsora del crecimiento económico y el desarrollo social del país.
14. Coordinar y desarrollar redes abiertas y flexibles de educación permanente para la vida y para el trabajo, que permitan a la población joven y adulta del país elevar su calidad de vida y su participación ciudadana.

En el discurso y la teoría, la política educativa del gobierno de Fox sonaba interesante y modernizadora. Conceptos como la educación para el trabajo transmiten a la población una sensación de que se está haciendo algo efectivo e inmediato contra el desempleo y crean la ilusión de equidad educativa. Sin embargo es una visión limitada que reduce al alumno a una pieza de la maquinaria neoliberal inmersa en la globalización. El objetivo real fue eficientar la producción de recursos humanos para su integración inmediata en el mercado laboral a nivel técnico.

El eje de la política educativa del gobierno del cambio, consistió en vincular universidades y tecnológicos con el aparato productivo sustentado en las micro, pequeñas y medianas empresas. El análisis y la política educativa se encuentran dispersos a lo largo del PNP, combinados con otros sectores de la política social. La política educativa propuesta giraba alrededor de la visión tradicional, formación de recursos humanos y su adaptación al contexto derivado de la globalización.

Conclusión.
El Programa 2001-2006 pretendía guardar un delicado equilibrio entre continuidad y cambio en relación con las políticas seguidas por las autoridades del sistema educativo durante los dos períodos anteriores de la administración federal, los sexenios de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, de 1989 al 2000. La razón de que se busque esa postura intermedia  se debe en parte al reconocimiento de que, al lado de limitaciones y fallas claras, las políticas previas tuvieron también aciertos importantes que deben conservarse.
El discurso resulta interesante, sin abandonar los propósitos modernizadores de la década anterior, se pretende buscar al mismo tiempo la calidad y la equidad. El ideal que se busca es alcanzar niveles de cobertura, eficiencia terminal y aprendizaje en educación básica, media superior y superior que nos acerquen a los de los países más desarrollados con los que la globalización nos obliga a interactuar, al tiempo que reducir las desigualdades ancestrales de la sociedad mexicana y fortalecer su identidad multicultural.
Sin embargo, cabe preguntarse si es válido que una política educativa de Estado centre su atención en la formación de recursos humanos y no de ciudadanos. Dónde quedan la parte de  las humanidades y las ciencias sociales en una currícula vinculada al sector productivo más elemental como es la maquila. Esta visión reduccionista de la educación, derivada de la globalización, ha tenido como resultado  un vacío moral y de valores; pues están fundamentados en ideología, en tecnocracia y no en filosofía ni pedagogía.
La globalización obliga también a replantear las políticas educativas. En momentos de cambio, de  transito de una economía industrial a una de servicios, donde la capacidad para concentrar y consumir información se multiplica, se requiere reorientar las  políticas hacía la universalización, democratización y diversificación de la educación. No es ya prudente formar profesionales o técnicos univalentes, aptos para el desarrollo de actividades concretas, sino crear profesionales que se adapten fácilmente al carácter flexible del mercado laboral.
Queda en manos del docente, cuestionarse hasta qué punto la modernidad, o el ser moderno es realmente un paso hacia adelante. El “eficientismo” que produce recursos humanos a corto plazo es un concepto que puede ser peligroso para la perspectiva humanista que debiera tener un maestro.
Sin embargo, los conceptos neoliberales en donde las ideologías y teorías económicas promueven el fortalecimiento de la economía nacional y su entrada en el proceso globalizador a través de incentivos empresariales son atractivos.
La idea de que la economía y el mercado laboral rigen el ámbito pedagógico parecen tener sentido dentro del discurso modernizante. Pero hay que reflexionar si los ritmos de la economía, son los mismos ritmos de la educación; ya que el neoliberalismo, utiliza indicadores de calidad, muy ajenos a la lógica educacional, reduciendo el análisis a las articulaciones de la educación con la economía.

Bibliografía.

1.Barba Casillas, José Bonifacio. (2009). Los maestros de Educación Básica en la planeación educativa del gobierno federal. Investigación y Ciencia, Mayo-Agosto, 37-42.
2.Moreno Moreno, Prudenciano. (2004). La política educativa de Vicente Fox (2001-2006). , julio-diciembre, 9-35.
3.Ramírez Martínez, Rosa María. (1999). Política educativa: los sujetos y sus discursos. , enero-junio, 49-80



[1] Prudenciano Moreno Moreno LA POLÍTICA EDUCATIVA DE VICENTE FOX (2001-2006) Tiempo de Educar, julio-diciembre, año/vol. 5, número 010 Universidad Autónoma del Estado de México Toluca, México. Pp. 15 y 16.

1 comentario:

  1. Mary ( Ilema ?):

    Desde las últimas dos décadaas la educación ha tenido una orientación hacia la producción y el eficientismo, se supone que las polícas educativas estan orientadas tomando en cuenta la necesidades del país, sin embargo, los resultados pueden arrojar resultados no esperados.buen trabajo, gracias.Eric C. (30 pts)

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